Como todo relato tiene un principio me parece apropiado mencionar el Taller de Misión donde, gracias a las preguntas correctas, tuve la oportunidad de concienciarme sobre la relación que tengo con Dios y como ésta se hace más notoria en nuestra vida cotidiana .
Teniendo en cuenta que -en algunas ocasiones- experimentar y reconocer lo que sentimos se vuelve un poco confuso, darle cuerpo y rostro a todas estas experiencias puede convertirse en la parte más compleja del camino de fe que decidimos emprender al llegar a esta comunidad. Estas cortas líneas me dan la oportunidad de agradecer por este grupo de personas: el poder dar y recibir esa chispa que mantiene a Jesús y María en nuestros corazones es un regalo .
Hoy decido mirar un poco más a María a través de una pregunta: ¿qué tan conscientes somos de la presencia de María en nuestras vidas? .
A veces pasa desapercibida, pero su entrega debería ser una referencia del amor más noble del universo: all traer a Jesús al mundo, comparte con nosotros su fe y amor por él. Ella es la madre que brinda consuelo a los afligidos , la que ayuda en los tiempos de tormenta y alimenta el espíritu en los momentos de calma, acompañando siempre a seguir a Jesús (Juan 2,3: “Faltó el vino, y la madre de Jesús le dice: «No tienen vino»).
Ella no quiere protagonismo pero siempre está presente , ya que toma su papel de la madre de los hijos de Dios .
María es el cálido abrazo que recibimos del Señor, estar cerca de ella no conduce un paso más a él .
Amarla para amar a Jesús .
Alexaliana.
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